Caperucita viaja en metro

Actualmente estudio Educación Infantil. Ayer, la profesora de literatura no sorprendió con una de sus historias…

Dice que, cuando venía en metro hacía la universidad, en su mismo vagón había una chica que le sonaba muchísimo. Ella no hacía más que mirarla, y cuanto más la miraba, más le recordaba a alguien. La chica, que llevaba un pañuelo rojo en la cabeza, allí seguía sentada.

Al final, no podió aguantar la curiosidad y se acercó a la chica:

 

- Perdona, ¿tú no serás Caperucita Roja?

- ¡Pues claro que sí señora!

- ¿Y vas a casa de tu abuelita?

- Si señora, a llevarle algo de comida.

- ¿La comida que te ha preparado tu mamá para que le lleves a tu abuelita?

- Que va, ¡mi madre se pasa el día viendo Sálvame! Luego se engancha a Atrapa un millón y por la noche se traga todo los Callejeros.

- ¡Vaya Caperucita! ¿Y qué le llevas? ¿Bizcocho y miel?

- Pues no, le llevo unas galletas con Nocilla que he comprado en Mercadona.

- ¡Ostras Caperucita! ¿Y tú me darías esas galletas y esa Nocilla para mis alumnos?

- Hombre, pero… ¡pobre abuelita!

- ¡Pero seguro que estarán muy contentos mis alumnos!

- Está bien, pero a cambio, ¡le tiene que hablar muy bien de mí!

Y así es cómo, por cortesía de Caperucita Roja, merendamos galletas con Nocilla.